Es verdad que las comparaciones son odiosas y generalmente injustas, pero mi intención es hacer una reseña comparando la novela (de la que podéis leer la estupenda reseña de Gema por aquí) en la que se basó la película. Las comparaciones son odiosas, vaya, y en este caso en particular, mucho más.
La historia en sí es básicamente la misma. Los cambios son muy pocos y puntuales. Y, sin embargo, siendo una misma historia de amor, siendo los mismos los protagonistas, no lo parecen. Creo que la gran diferencia entre la película y la novela se podría resumir en una palabra: intensidad. Una la tiene, otra no. En mi opinión, el libro no tiene ninguna intensidad. Ese es su mayor error, ese y que el autor intente inyectarle emoción a base de palabras huecas y repetición de sensaciones que no dicen nada. Puede que sea también por la falta de empatía con sus protagonistas. Si no te interesan las personas que te han presentado, ¿cómo te vas a emocionar con ellas? Y, por el contrario, una de los atractivos de la película es que los personajes son de verdad: respiran. Comparando (otra vez) película y novela, he encontrado unas cuantas diferencias de planteamientos que creo que son lo que las diferencian en este punto.
En primer lugar la película utiliza, de un modo inteligente, el humor para llegar al público. El humor humaniza a los personajes y las situaciones. Se me ocurre un ejemplo muy concreto: el momento en que Allie y Noah se encuentran después de años de separación. En la película, la escena empieza con un monologo inverosímil de la pobre Allie, y la total perplejidad de Noah que, botella en mano, cree estar viendo espejismos. Trabándose con sus propias explicaciones y viendo que Noah no reacciona, Allie se acobarda, decide volver a entrar en el coche, da marcha atrás y se choca con una valla. En ese momento Noah comprende que es real y va a ayudarla. La escena termina con un “¿Quieres tomar algo?” y la afirmación de Allie. ¿Es una escena facilona? Pues sí, pero no se puede negar que sea efectiva. No recuerdo como se produce la misma escena en el libro. Mala señal.
Otra gran diferencia es que somos testigos en primera persona del nacimiento de la relación adolescente, que será el germen de la posterior. Me ha resultado curioso como en la novela narra todas las escenas (la feria, la playa…) y lo distintas que parecen. En la novela, Noah nos cuenta sus recuerdos, y creo que recordar que Allie también esboza alguna de estas escenas. En la película lo vivimos, y ayuda a que te encariñes con esos personajes, y que comprendas el dolor de la separación. Del otro modo, los recuerdos te enseñan el camino andado; y contar siempre es peor que vivir (puede que no siempre, pero diría que en este caso, sí).
Otra de las diferencias es la efectividad. La novela, aún siendo corta, se va por las ramas en detalles y, sobre todo, en repetición de tesis hasta la nausea. Las escenas se alargan hasta el infinito, pierden todo el ritmo y toda la tensión. La película, puede que por el mismo hecho de ser una película y ser más consciente del ritmo y el tiempo, es más rápida y más concisa y, sin comerse nada, llega más directamente y con el mensaje más intacto, mientras que en la novela, el mensaje (cuando lo hay) se pierde en palabrería. Se me ocurren dos ejemplos. El primero es la puesta sobre la mesa de la situación del Noah anciano. En la novela, es Noah quien te lo cuenta. En la película utiliza un recurso muy cinematográfico: llega un nuevo doctor y, claro, tiene que repasar el historial del paciente, en este caso, Noah. Le libra de una buena dosis de autocompasión al personaje y, en pocos minutos, te pone al día: Noah no está del todo bien. El otro ejemplo es el de las citas: en el libro la primera cita se alarga sin llegar a ningún sitio (si no recuerdo mal, todo se centra en la idea y repetición sin pausa de que Allie “vuelve a estar enamorada de Noah”, una de las ideas más infantiles del libro, y hay muchas) y se descubre lo de las cartas, en un anticlímax que era imposible hacer más frío; en la película el recurso de las cartas se guarda para la segunda cita, mientras que la primera es breve. Gracias a las cartas, llega la escena que es el clímax de la película, en una segunda cita más breve y menos obvia.
Y la que creo que es la mayor diferencia: los personajes. Buena parte de la culpa la tienen los actores, que están en estado de gracia toda la película, especialmente los jóvenes. Ryan Gosling y Rachel McAdams tienen una química que ya construye media película. Allie pasa más desapercibida en la novela, mientras que en la película conocemos a sus padres (otro punto a favor), su vida, sus aspiraciones y como Noah influye en ellas. El Noah de la película es mucho más salvaje (que también se traduce en más contraste con Allie), más irónico, más… atractivo. Tanto el joven, con su asalto en la noria de la feria, por ejemplo, como el mayor, interpretado por el gran James Garner. También el resto de personajes juegan su papel. La novela es casi un monográfico de Noah y Allie, sin nada externo que los defina, sin ningún punto de referencia. En la película hay más protagonismo de los amigos de Noah y Allie, de los padres de ella (tanto por su relación con su hija como con Noah), del padre de Noah (y su relación con Allie también)… hasta el propio Lon tiene cierto cuartelillo. La novela, aunque trata de salvarlo, trata de convertirlo en el malo del cuento (no entiende la pintura de Allie, no le hace caso…), cosa que le hace flaco favor a la historia. En la película es un tipo encantador, que se toma el descubrimiento de Noah con una reacción natural, aunque no melodramática.
Supongo que se puede resumir en que me creo la historia que me están contando, me creo a los personajes, sus razones y sus acciones; mientras que en el libro me cuesta más entenderlos y, lo que es mucho peor, no me interesa hacerlo.
Si has llegado hasta aquí te habrás dado cuenta de que toda la crítica es un canto de alabanzas a la película (no sé qué le dio a Nick Cassavetes, porque siempre me ha parecido un director mediocre; pero o estaba inspirado al rodar la película, o los actores estaban en estado de gracia o se había alineado los astros… pero la película le salió estupendamente); pero también tiene sus fallos, por supuesto. La visita de la vecina es un gran pegote, un intento de cerrar una trama que a mí, personalmente, no me interesó demasiado. Otro pegote es la historia de amor de su madre con otro hombre, una repetición de la historia de Allie y Noah, veinte años atrás; ganas de intentar humanizar a la madre de la chica, que me pareció innecesario. Tampoco me gustó el truco de que se llamar a Allie “Hanna” durante la mitad de la película: me pareció un truco barato para ocultar que son Noah y Allie los dos ancianos en el asilo.
Resumiendo. Es muy posible que no sea objetiva, porque me gusta la película, para qué voy a mentir, pero, si hay que comparar (y es lo que estoy haciendo yo), me quedo con la película. El libro trata de alcanzar (a través de frases hechas vacías de sentimiento) una profundidad que no consigue, mientras que la película reduce sus aspiraciones, centrándose tan solo en contar una historia de una manera natural y fluida, y, aún así, consigue mejor resultado. Consigue emocionar donde el libro causa indiferencia (en mí, claro); no solo en los puntos más dramáticos, sino también en los cómicos y en los tiernos. No se limita a explotar solo un nivel de la historia, como si hace el libro, plano en este sentido. Y entretiene con unos diálogos ágiles, unas reacciones naturales, unos personajes atractivos y unos actores que defienden más que bien el trabajo. Y eso es todo lo que le pido a esta película, que me entretenga, y, hasta la fecha, lo consigue cada vez que la veo. No puedo decir lo mismo de la novela.
domingo, 28 de febrero de 2010
El diario de Noa: Comparando diarios
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