martes, 10 de agosto de 2010

GANADORA / Escribiendo entre raíles


Escribiendo entre railes: junio

El miedo a envejecer era el tema central para este mes y Dreamy y su relato "Un bello rostro" han vuelto a proclamarse claros vencedores.


Un bello rostro

Su mirada ante el espejo era altiva y arrogante. La naturaleza le había obsequiado con una belleza sublime que rozaba la perfección. Ella lo sabía, desde que era una niña había sido admirada por su hermosura y gracia natural, para más tarde convertirse en su principal obsesión. El grado de admiración que despertaba a su paso era tal, que empezó a mellar en su alma, y poco a poco se fue transformando en un ser orgulloso y altanero, incapaz de simpatizar con aquellos que no sentía dignos de su aprecio, tan sólo por no poseer en su fachada, unas cualidades de belleza inmediata. Nunca miraba más allá, con sus cautivadores ojos.

Consiguió encontrar, con mucho esfuerzo, un hombre acreedor de sus encantos. Ardua tarea fue aquella, ya que a cada uno le buscó un defecto, por nimio que fuera, para apartarlo de su vista. Eligió quizás al más elegante, sencillo y noble, no hacía sombra a su belleza, pero tampoco la descompensaba. Su edad, diez años mayor, hacían que ella pareciese aún más joven, y eso era exactamente lo que pretendía.

El aceptó, aunque no de buen grado, su deseo de no tener hijos. Semejante cuerpo y finura, aludía ella, no debe estropearse con algo tan engorroso como un embarazo. Así transcurrían los días, ella admirando su belleza, distante de su pareja y del entorno social, y utilizando mil potingues y ungüentos, para que no se deteriorase su fino rostro del paso del tiempo. Cada vez que el espejo le revelaba una cana o una arruga, emitía un grito histérico y se encerraba colérica en su cuarto con cerrojo, ni siquiera dejaba entrar a su marido que tenía que pasar la noche en otro dormitorio, hasta que se le pasaba la crisis de soberbia, provocada por el espejo.

Las estaciones fueron pasando, y su rostro cada vez lucía más menguado y marchito. Se había quedado sola, encerrada con sus miedos y su miserable vida. Su marido hacía años que la había abandonado, cansado de vivir con un fantasma al que ni de noche veía. Empezó a recordar entonces, lánguida y perdida, tantas oportunidades malgastadas. Echó de menos a familiares, y amigos que nunca conoció. A aquel que la había acompañado, en silencio, durante tantos años y al que no supo amar. Añoró a los hijos que nunca tuvo y que hubiesen llenado su vacía existencia. Pensó en su bello rostro, aquel que una vez adoró por encima de todo, y lloró desconsolada su maldición. Por primera vez en la vida encontró su real desdicha.


Dreamy





2 comentarios:

Ángelicaladas dijo...

Abusadora, deja de currartelo tanto para que las demás pillemos algo, chica.

Felicidades XDDDD

Sara dijo...

Jajaja más que currármelo es que me presento a todos los saraos!!!

Gracias!! ;)

PD: Genial la imagen!!